miércoles, 14 de enero de 2009

A LAS PUERTAS DE LA VILLA GRIMALDI

LIBRO DE POEMAS DE MARIO AGUILAR BENITEZ
"A LAS PUERTAS DE VILLA GRIMALDI"














Mario Aguilar en la lectura de su libro.

EL VIERNES 12 DE DICIEMBRE DE 2008 SE PRESENTO EL LIBRO DE POEMAS "A LAS PUERTAS DE VILLA GRIMALDI", EN EL ANFITEATRO DEL PARQUE POR LA PAZ DE VILLA GRIMALDI.
ASISTIERON AUTORIDADES, REPRESENTANTES DE LA VILLA Y POR SUPUESTO ALGUNOS FAMILIARES DE LOS ALLI DETENIDOS, PARTICULARMENTE, LA FAMILIA DE MARCELA SEPULVEDA, QUIEN RESULTO SER UNA DE LAS VICTIMAS DE AQUEL CENTRO DE RECLUSION Y TORTURA Y A QUIEN ESTA DEDICADO GRAN PARTE DEL POEMARIO.

A CONTINUACION ADJUNTAMOS ALGUNAS IMAGENES Y TEXTOS DE LA HERMOSA PRESENTACION EN PUBLICO QUE TUVO ESTA EDICION DE NUESTRO SELLO.

RENE ACEVEDO MENA, DICIEMBRE DE 2008.



VIII


Rosales de la Humanidad


[Dedicado a una compañera especial… que fue llevada]

El terror continuaba

En las entrañas de la casa

Y en la oscuridad de los sarcófagos

Sarcófagos de muerte y sepultura.

Y entre aullido y penumbra

Algunos de los fantasmas

Fantasmas adormecidos

Salían a la luna y al día.

Humanidad hedionda y carcomida

Humanidad sangrienta y vomitada

Sentías su presencia y su amargura.

Sentados en la oscuridad empañada

De los ojos salientes de locura

Se olía un aroma divino,

Un aroma de plata y de medusa.

Villa, te lo conté y no me creíste

Te grité y no me contestaste

Lloré y sentí el gozo de la presencia

Olorosa de mujer y de rosa.

Te lo dije, te lo grité:

“Hay olor a ángeles malditos,

a criatura celestial, a doncella

querida y deseada”.

Pero no me creíste, ni me amaste.

Villa maldita de olores de muerte

Y olores de doncella.

Eran rozas como en los días de antaño

Espinudas pero tiernas de capullo

Espinudas pero humanas de seres queridos,

De seres humanos.

Humanidad perdida, te encontré finalmente

Con los ojos vendados y las manos doloridas

Los rosales humanos que llamaban

Y te llamaba, pero sin respuesta

No fue un sueño o una pesadilla

Fue el aliento doloroso de mi amada

Que me acompañaba por momentos,

Momentos de gozo y de alegría.

No las vi pero existían

No las toqué pero me hablaban

No las contuve pero me apoyaron

Villa maldita, de olores rasurados.

Hoy te lo cuento Villa maldita

Ellas estaban y existían

Ellas tenían ese aroma de mi amada

Que nunca volvió, que me quería.

Hoy te lo grito Villa maldita

Ellas se fueron pero se quedaron

En el viento, en la tierra y en los rosales.

Rosales benditos, rosales divinos

De muerte y de vida

Esperanza y alegría,

De algún día y de hoy día.


Mario Aguilar Benitez.
















Victor Morales deleitando al publico con su musica.

















Mario Aguilar y René Acevedo como maestro de ceremonias.